CUANDO LA HISTORIA SE CUENTA A MEDIAS
Intro SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE LOS PROCESOS DE BRUNO Y GALILEO.
Estimado(a) lector(a), antes de que usted lea esto, debo aclarar que yo no soy historiador y por supuesto que tampoco fui testigo de los hechos a los que voy a referirme y tampoco voy a relatar biografías que usted podrá leer por sus propios medios. Soy solo un interesado en el tema y lo que sé es simplemente el resultado de tratar de informarme leyendo al respecto y no solo una fuente, discutiendo con colegas e intercambiando con ellos impresiones y saberes con el afán de ir recopilando datos para después compartirlos. A lo anterior debo sumar mis experiencias de vida tanto mecánicas como académicas para poder sacar algunas conclusiones. Por supuesto que mi visión no es 100 % completa y posiblemente aún haya más cosas para aprender que de pronto ustedes pueden aportarlas. Tampoco voy a extenderme demasiado. Solo voy a decir eso que poco se dice pero que también forma parte de la Historia y que se lo oculta bien por ignorancia o de forma tendenciosa principalmente para darle palo a la Iglesia Católica aprovechando sus flaquezas, que no cabe duda que las tuvo y las siga teniendo hoy aunque no sean de pronto las mismas. Es que como dijera mi amigo el periodista Milton Hourcade, solemos cometer el error de juzgar situaciones del pasado de varios siglos de acuerdo a nuestra mentalidad actual. Tengamos pues en cuenta que las sociedades han ido evolucionando con el pasar de los años; no digo que todas lo hagan o hayan hecho al mismo ritmo pero que en algunas esa evolución no solo es evidente sino cada vez más rápida. Pese al interés de ser lo más objetivo posible, no me ha resultado nada fácil la redacción de estas líneas que las he cambiado ya varias veces y que aún dudo de que hayan quedado bien, es decir dejando en claro la objetividad que antes mencioné.

Ni Giordano Bruno ni Galileo Galilei eran mansos y simpáticos santitos fieles, y por sus fuertes personalidades tuvieron sus serios encontronazos con la Iglesia Católica que tampoco era esa institución idealizada como ejemplo de espiritualidad que se supone debía ser y por entonces gozaba de un poder socio-político-cultural que prefiero no juzgar en qué grado pueda tenerlo hoy. Pero en la Italia del Renacimiento donde ocurrieran los hechos, ese poder se nota que era enorme y así ambos personajes fueron juzgados y recibieron sentencias de culpabilidad aunque las penas no fueron iguales pese a la intervención de un mismo inquisidor: el Cardenal Roberto Belarmino.
Mientras Bruno padeció la cárcel 8 años y terminó quemado vivo víctima del brutal salvajismo que por entonces se aplicaba a los "herejes", Galileo pasó a un arresto domiciliario en una cómoda estancia y habilitado a continuar con sus trabajos y observaciones...pero de todos modos era un "preso"...de lujo, pero un preso al fin.
No puedo evitar que vengan a mi memoria las palabras del actual Papa Francisco I: "en el pasado muchas atrocidades se cometieron en nombre de Dios!". Y si que fueron atrocidades! Y más aún cuando la autoridad que las aplicaba era aquella que se suponía debía velar por la vida y no por la muerte...por más hereje que fuera. Pero bueno, la Iglesia también tenía el perfil de la época donde todos los grupos eran violentos. Cuando en cierto colegio católico, hace ya algunos años interpretamos con el grupo de teatro, la obra de Bertolt Brecht titulada "Galileo Galilei", enfrentamos este dilema. El director del grupo llamado Luis, fue el que me dijo algo que luego coincidió con lo que leí en una novela de Umberto Eco y es que todos por aquel entonces practicaban la violencia como cosa normal. Los herejes también eran violentos. Formaban hordas que asolaban a los pueblos atacando, matando y violando personas. Se practicaban rituales sangrientos con sacrificios humanos y otras tropelías. Sugiero lean la novela "El nombre de la rosa". Y en la Iglesia también el ambiente no siempre era amistoso. Pablo Da Silveira, actual Ministro de Cultura, en su obra "Historias de filósofos" relata que Abelardo tuvo que vivir en un monasterio de monjes muy agresivos. Presumo yo que no eran nada parecidos ni a San Francisco de Asís ni al Padre Pío. Para hacerla corta, la Iglesia como que combatió con violencia a la violencia misma de esos grupos. Y resultaba por aquel entonces algo aceptado como natural.
En fin...Galileo y Bruno de los que se suele hacer referencia como víctimas del maltrato eclesiástico, tuvieron como ya dije antes similitudes y diferencias en las historias de sus procesos. Ambos eran académicos brillantes pero de carácter difícil; eran desafiantes y contestatarios. Y si algo combate cualquier autoridad es la insubordinación. Y lo hacen tanto las Fuerzas Armadas como las Iglesias, los Gobiernos de los países y hasta la FIFA, y es porque socava los cimientos de la institución y ésta se viene abajo.
Sus procesos se dan en tiempos diferentes y separados unos10 años. Bruno ya tenía problemas de rebeldía con sus maestros desde muy joven, con los que discutía no precisamente de buena manera. Se sabe que por su parte Galileo era tan soberbio como inteligente y por ello alguna vez que otra no fuera invitado a eventos científicos para que no hubiera desencuentros desafortunados con el resto de los participantes a los cuales solía descalificar tratándolos de "pigmeos mentales" y que sus trabajos eran bufonadas y disparates elefantescos.
Era casi un imposible ganarles una discusión y como que ambos lo sabían y se aprovechaban de esa fuerza natural que tenían hasta hacerlo de manera poco prudente. Por otra parte sus oponentes tampoco eran idiotas y esperaron el momento oportuno para cobrar las viejas deudas. Así Bruno cayó víctima de un engaño que lo llevó a regresar a Italia donde estaba requerido y allí lo prendieron y encarcelaron. Galileo en tanto violó la censura eclesiástica impuesta a su obra literaria que no fuera autorizada a publicarse y que él de todos modos igual lo hizo, y así hubo de afrontar una demanda por difamación dado que en esa obra titulada: "Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo", el autor ridiculizaba grotescamente a la Iglesia bajo el personaje de Simplicio.
Sospecho no ser yo el único que se pregunta el por qué de la diferencia de condenas. Tampoco intento que ustedes piensen lo mismo que yo. Los 10 años de distancia temporal no era mucho en aquel tiempo de lentos procesos evolutivos y sin duda Galileo sabía lo que había pasado con Bruno pero aún así hizo lo que hizo. De todos modos analicemos algunos elementos:
-La acusación por "herejía" es decir por negar los fundamentos doctrinales de la Fe, llevaba al culpable directamente al cadalso. Solía aplicarse a personajes muy molestos políticamente hablando y se ve que Bruno lo era como también lo fue Miguel Servet que terminó del mismo modo que Bruno. Otro cargo hubiera significado la cárcel, tal vez el exilio, pero no se llegaba necesariamente a la muerte.
-Ni Bruno ni Galileo fueron enjuiciados por sus ideas científicas cosmológicas...eso es una falacia usada principalmente para desprestigiar a la Iglesia Católica (cuyas barbaries ya de por si bastante desprestigio le acarrean). Y esas ideas no eran del todo correctas...mucho menos las de Bruno. Y tampoco fueron los únicos en presentar modelos cosmológicos revolucionarios dado que otros astrónomos contemporáneos como Tycho Brahe y Kepler también presentaron los suyos y que entraron en la discusión. Kepler también tuvo sus problemas con las autoridades, hay que reconocerlo, pero no fueron de la misma índole que los de Galileo y Bruno.
Todo esto se dio en un tiempo en que la Ciencia comenzó a caminar algo más rápido que lo acostumbrado en aquel entonces y las autoridades religiosas se oponían a todos los cambios que fueran vertiginosos porque podían perjudicar al pueblo confundiendo a la gente y haciéndoles perder el crédito en los líderes eclesiásticos que tradicionalmente los habían guiado y que les habían mostrado un Universo con características que ahora de súbito, no eran las pregonadas ...más allá que la tarea paralela de tener que "revisar y corregir" toda la teología imperante si bien fuera necesario. Eso tampoco se iba a lograr de un día para el otro por mejor voluntad que los Maestros de la fe tuvieran en hacerlo.
-Galileo era miembro de una organización académica de la que luego derivara la Pontificia academia de las Ciencias, una organización que dependía de la Iglesia Católica Romana misma y sin duda eso debe haber pesado a su favor. No tenía rango eclesiástico como sí lo tenía Bruno que pertenecía a la Orden de los Domínicos.
-Cuando Galileo recibe la notificación oficial de que debe presentarse ante los tribunales de justicia, está un año sin hacerlo bajo excusas pueriles de salud. Es convocado por segunda vez y hasta advertido que: o va, o lo llevan a la fuerza. Es entonces que va aunque nuevamente intentara no hacerlo. Bruno no tuvo esa oportunidad.
-El Papa de entonces, Urbano VIII (Maffeo Barberini) era amigo de Galileo (al menos en lo intelectual) desde antes de ser nombrado Pontífice y solía mantener tertulias con él. No firmó la sentencia en su contra sino que lo hizo su secretario. Y según deja entender Bertolt Brecht en su obra, como que también otros miembros de la Iglesia estaban abiertos a las opiniones del astrónomo. Es entendible que se considere natural en todo grupo humano, la existencia de miembros más conservadores, otros más liberales y sospecho que los habrá también moderados. Hasta hoy los hay dentro de la Iglesia como también los hay en agrupaciones políticas, sociales, deportivas, etc.
-El error de Galileo en su explicación del fenómeno de las mareas que atribuyera a la rotación de la Tierra, sin duda pesó en su contra. Solo explicaba una marea diaria cuando ya era sabido que en muchos lugares había a diario 2. Si en eso se había equivocado, puede que en lo demás también.
-La frase "Eppur si muove" de Galileo al finalizar su proceso tal vez nunca la haya dicho. Ocurre que se suelen tejer leyendas sobre los personajes de la Historia y atribuirles frases que nunca dijeron.
-A lo largo de la historia de la Iglesia hubo Pontífices que reivindicaron los trabajos de Galileo y otros que los prohibieron. Finalmente en 1992, el Papa Juan Pablo II levantó la censura eclesiástica que pesaba sobre el astrónomo. Algunos dirán que fue bastante tarde y tienen razón. Pero la Iglesia tiene su burocracia.
Fue inclusive planeado colocar una estatua en su honor en el Vaticano que dudo se haya concretado.
Sin embargo la estatua de Bruno erigida en el Campo de Fiori, donde fuera ejecutado, causó un sinnúmero de controversias que llegaron hasta fuertes rispideces entre el Vaticano y el gobierno de Italia a fines del siglo XIX. Como vemos aún después de varios siglos, las diferencias en los procesos perduran. Cierto Obispo dijo que estos procesos se asemejan a una novela mexicana donde nunca se llega el final.
Más allá de todo lo vivido y sufrido por estos señores, nos dejaron cosas que debemos profundamente valorar, conservar y seguir avanzando en ellas. La Ciencia es hoy "experimental" y no "escolástica", y ha mejorado considerablemente la vida de la humanidad siempre y cuando sea usada en favor de las personas.duce un texto aquí...