CIENCIA Y RELIGIÓN

JESUCRISTO Y LOS MILAGROS. UNA VISIÓN RACIONAL Y DESMISTIFICADORA

Muchos de nosotros hemos aprendido sobre la doctrina cristiana en diversos espacios, bien en la catequesis para la primera comunión, o en el colegio cristiano al que concurrimos, o en la misa o culto dominical, etc. Sea cual fuere el lugar, se nos enseñó que Jesús hacía milagros, que es decir que a través suyo sucedían cosas inexplicables siempre en beneficio de la gente como ser: curación de enfermos, resucitación de muertos, multiplicación de alimentos y hasta se cuenta que caminó sobre el agua y calmó una tempestad.

Hace años que procuro reflexionar racionalmente en la verdadera naturaleza de estos hechos. He leído al respecto, he dialogado con otros que saben más que yo del tema y recabado información. Creo pues haber llegado a algunas conclusiones interesantes que me siento en el derecho de rectificar o ratificar más adelante si es que accedo a otros elementos de juicio que hoy no tengo.

Pensemos que de seguro somos nosotros los seres humanos, los capaces de hacer interpretaciones de los hechos acontecidos y que estas pueden en algunos casos ser incorrectas o errónea, y de allí las posteriores dudas y decepciones que padecemos. Por un lado las autoridades religiosas de todos los tiempos y de todas las confesiones, los han manipulado en beneficio propio. Esto ayudaba a afianzar su autoridad sobre el pueblo temeroso de la divinidad y hasta mantener un vínculo privilegiado de poder con los monarca, muchas veces bastante ignorantes también. Eso habrá funcionado exitosamente en el pasado cuando no se disponía de las fuentes de conocimiento e información que gozamos hoy, cuando el saber no era científico sino que respondía a la superstición popular resultante del desconocimiento de lo natural donde todo evento ya fuera bueno o malo se atribuía a dioses. Más tarde ese mismo saber se subordinó al "pensamiento escolástico" y en ningún caso a los resultados de la experimentación so pena de censura y castigo. Más allá de todo lo que Jesucristo hizo o dijo, solo nos llega la versión de los textos aprobados por la Iglesia que decidió lo que es Biblia y lo que no. Pero yo sería prudente. Cosa que pocos saben es que la Iglesia Católica (sospecho que también las Protestantes y Evangélicas), suele ser muy dura en cuanto a la aceptación oficial de un "milagro". Lo sé porque recuerdo algunos casos que resultaron ser fraudulentos cuando la Iglesia Católica uruguaya ordenó investigarlos a sus especialistas, aunque prefiero no mencionarlos aquí puesto que no fui testigo directo. El mismo Jesucristo consideraba como "mala" a la gente que buscaba milagros en lugar de seguir los pasos correctos de sus enseñanzas que apuntaban a vivir en un mundo agresivo y turbulento, con amor hacia los demás.

La información de lo que hizo el Nazareno, nos llega entonces de la Biblia, un compendio de libros de origen judío escritos en distintos tiempos y con diferentes estilos, propósitos y autores (muchos de ellos anónimos). En su conjunto contienen y narran la tradición cultural del Pueblo de Israel. Esa Biblia se divide en dos Testamentos: el Antiguo y el Nuevo. Es este último en el que aparece el personaje de Jesús de Nazareth, cuya vida y obras es contada por 4 relatos llamados "evangelios". Sin embargo no fueron las únicas crónicas que se escribieron sobre el predicador de Galilea. Las Iglesias cristianas solo han aceptado esos 4 dentro de los muchos más que hubo, algunos de los cuales eran disparatados y otros tal vez no lo fueran tanto, pero...en fin!. Es más, uno de esos evangelios reconocido como válido (de inspiración divina), redactado por San Juan, termina expresando "las muchas cosas que se podrían haber escrito de lo que Jesús hizo, y que no cabrían en el mundo tantos libros al respecto". Curioso verdad ? Lo cierto es que hoy por hoy nuestra fuente de información sobre lo actuado por Jesucristo, son esos 4 textos, 3 de los cuales tienen un paralelismo asombroso y por ello se los llamó "sinópticos". El otro texto, el de Juan antes mencionado, es más lírico aunque no así, menos real y convincente de las andanzas de Jesús.

La realidad histórico-geográfica es que Jesús nació y vivió en Palestina (o Filistea) en épocas de los emperadores Augusto y Tiberio. Era una provincia romana con rica tradición monoteísta. Uno de los peores territorios del Imperio puesto que allí la gente ofrecía una empecinada resistencia a la cultura de Roma. Abundaban los predicadores religiosos que solían defender el nacionalismo y arengaban al pueblo en contra del invasor extranjero. Había hasta grupos violentos armados revolucionarios que constituían un terrible dolor de cabeza para las autoridades imperiales puesto que de ser "patriotas libertarios" se fueron convirtiendo en bandas de ladrones salteadores de caminos cuyas presas favoritas eran las caravanas romanas a las que interceptaban y despojaban de las mercancías que traían.

Es entonces necesario entender primero la mentalidad de la gente que vivió en esa época y lugar, donde la esclavitud era normal, ejecutar una venganza era legal aunque legislada (ojo por ojo y diente por diente) y donde los defectos físicos eran considerados una maldición del Dios que supuestamente los orientaba, ya fuera por una falta grave cometida por la persona, o mejor por sus progenitores y hasta por sus abuelos. Esa gente defectuosa estaba etiquetada como transgresora grave de la Ley judía o Toráh y por lo tanto había que aislarla de la sociedad. Así como que la discriminación era una práctica común legalizada con un duro consentimiento divino. Y sabiendo esto, entenderemos cómo Jesús curó a una mujer jorobada a la que logró enderezar tan solo con una frase piadosa: "mujer, tus culpas fueron perdonadas". Pensemos que la pobre desgraciada vivía cada vez más encorvada debido al rechazo de quienes se cruzaban en su camino. Nunca recibía un apoyo moral, nunca un signo de compasión...solo rechazo. Por eso al escuchar a Jesús quizás hubo para ella una esperanza y esto le dio fuerzas para dejar de mirar el suelo que pisaba y verlo de frente a él, a la cara y a los ojos sin tener que pedir permiso para hacerlo.

No es noticia que muchas afecciones físicas que padecemos sean causadas por la angustia, la ansiedad, la tristeza, el dolor y desazón que experimentamos como consecuencia de nuestros mundanos problemas existenciales. He escuchado a más de un profesional, tanto de la medicina como de la Filosofía, explicar el funcionamiento del cuerpo humano que somatiza el dolor y segrega sustancias nocivas que terminan enfermándolo. Jesús curaba enfermos que así lo estaban víctimas de sus sufrimientos sicosomáticos, agrandados por una Ley judía condenatoria implacable que volvía a todos los seres como individuos pecadores sin redención alguna, condenados a la desgracia eterna del infierno. Decirle a uno de esos tantos pobres infelices que Dios lo perdonaba, que Dios lo amaba, que Dios lo apoyaba y que el castigo de la Ley no le iba a ser impuesto, de seguro lo haría sentir "alguien en concreto e importante" vivencialménte hablando, en un mundo de frialdad extrema sin consideraciones ni esperanzas. Y es por eso que la gente lo seguía, y se curaba, porque sus palabras traían la luz a una promitente y perpetua oscuridad.

Pero no solo Jesucristo curaba enfermos afectados de males sicológicos; también expulsaba demonios y resucitaba muertos...si es que en realidad no estaban muy muertos que digamos sino bajo posibles efectos de catalepsia por ejemplo.. Tal vez fuera el caso de su amigo Lázaro a quien Jesús conocía bien y seguro sabría de ese problema que lo afectaba. Por eso se apresura cuando se entera de su posible muerte y pide se abra el sepulcro. Y se encuentra que su amigo aún estaba con vida! Vaya...eso si que es todo un milagro! Que un amigo te salve de que te entierren vivo! Y aunque Lázaro no fue el único al que Jesús ayudó a regresar a esta vida, quizás en esos tiempos fuera algo común (aunque no premeditado), el sepultar gente a la que se la creía muerta debido al desconocimiento médico del que gozamos hoy.

En cuanto al expulsar demonios (hacer exorcismos) debe ser también cosa hoy resuelta por la sicología y siquiatría moderna. Sin extenderme al respecto, he participado en el pasado, en algunos cultos cristianos muy propensos a esas manifestaciones supuestamente provocadas por "demonios" donde eran consideradas normales, y a su vez participaba en otros paralelos donde tal cosa jamás ocurría. Sin duda la mente humana tiene mucho más que ver en estos sucesos, que todos los diablos del averno juntos!

Jesús tuvo tambien sus dudas como todos las tenemos. Ante un mal paso su ministerio sería un rotundo fracaso. Dudó de lo que debía hacer en su gran vigilia en el desierto, dudó de proceder en las "bodas de Caná" cuando su madre le avisó que escaseaba el vino, y donde se dice que solucionó milagrosamente el tema convirtiendo agua en vino, y también dudó cuando una mujer extranjera no judía, que sufría flujos de sangre, le rogó que la curara en medio de una gran multitud de personas que lo seguían.

La primera de las acciones es simple de comprender.: Jesús sabía de vinos, una bebida propia de la región mediterránea aunque cara; por eso la usó en la última cena para agasajar a sus amigos. En mi familia desde hace años que se hace vino casero y aprendí que si al orujo (pulpa de uva remanente) se le agrega agua, se obtiene un vino de segunda clase, más suave. Eso fue todo... pero muy oportuno, verdad?. Sacar a los novios de ese apuro imprevisto y molesto, fue todo un milagro! Y es hasta posible que él haya sido el responsable de que se quedaran sin esa noble bebida pues asistió a la boda con toda su comitiva, lo que no estaba calculado en el presupuesto de la fiesta. Y esa bondad y esperanza que transmitía, como que también alcanzaba a los no judíos aunque le costó reconocerlo. Lo entendió cuando aquella mujer cananea le imploró ayuda abriéndose camino entre la multitud. Entendamos que los judíos tenían muy mala relación con los pueblos vecinos a cuyos habitantes tildaban de "perros". Y aunque hubo dudas de su parte, bendijo a la mujer elogiando su visible buena fe. Es que el amor es una fuerza que trasciende las fronteras de las personas en cuanto a sus orígenes, lenguas, color de piel, filosofía de vida, etc.

Mucho más simple de explicar es la multiplicación de los panes y los peces. Es que a mi me ocurrió algo similar y por eso entendí el supuesto milagro. Fue en un domingo de Ramos y en la parroquia me habían asignado la tarea de repartir ramas de olivo entre los asistentes a la misa. De tal modo, me senté en la puerta del templo junto a un cajón con dichas ramas. Pero había muy pocas y la directiva era dar solo una por persona...mientras hubiera!. Cuando ya casi no quedaban ramas, la gente seguía llegando a montones. Y en un momento el cajón se llenó de nuevas ramas de olivo, de modo que cada participante tuvo la suya y hasta sobraron . Cómo sucedió? Pues que un vecino que tenía un olivo en su casa, generosamente las trajo como colaboración y las volcó en el cajón. Así de simple. De manera similar, Jesús hizo compartir el pan que cada uno llevaba escondido entre sus ropas, con los otros que tal vez no tenían. Un milagro de solidaridad, pero un milagro al fin!

Quizás lo más controversial de las acciones milagrosas de Jesucristo lo constituya el haber caminado sobre las aguas del lago Tiberiades (o mar de Galilea), desafiando las leyes físicas naturales, en este caso el llamado "principio de Arquímedes". Pero muchas de las acciones que se le asignan a Jesús, son en realidad alegóricas, es decir que tratan de materializar una idea abstracta con signos entendibles. En este caso podría decirse que el mensaje es: "caminar sobre lo seguro se logra no atendiendo las preocupaciones mundanas circundantes del momento" , algo que su discípulo Pedro no consigue hacer por temor al viento y las olas que simbolizan los problemas mundanos y que lo hunden en las aguas, fruto de su falta de fe. Es probable que la curación de un ciego, el encontrar una moneda de oro en el vientre de un pez, el calmar una tempestad y otros supuestos milagros, tengan una explicación análoga. La Biblia podrá ser "sagrada" o "santa", pero no deja de ser una obra de Literatura y así está llena de recursos literarios que obligan al lector a disponer de información previa que le deje entender lo más correctamente posible su texto. Es triste expresarlo pero muchos leen en la Biblia, no lo que ésta dice sino lo que querrían que dijera. Volvemos a lo mismo: se la usa a conveniencia según la necesidad.

Jesús prometió a sus discípulos, que ellos también harían milagros y hasta mayores. Es posible que debamos pensar un poco en qué hicieron ese manojo de hombres salidos de bajos estratos sociales, que terminaron casi todos martirizados al igual que su maestro. Algo me inquieta al respecto: si todo hubiese sido una mentira urdida grupalmente, no habrían llegado tan lejos. En algún temprano momento habrían abandonado sus ministerios desapareciendo en medio de la masa popular. Pero tal cosa no sucedió y hasta otros siguieron manteniendo vivas sus acciones hasta nuestros días. Eso si, al igual que su guía Jesucristo, priorizaron como regla de vida, no los milagros sino la práctica de proceder con amor, el único signo válido para reconocer a los verdaderos cristianos. 

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